El actual desmantelamiento de la Red Natural de Castilla-La Mancha no responde a necesidades económicas ni a una mejora de la gestión. Nuestros espacios y recursos naturales se quedan desprotegidos, una serie de grupos de presión sacan partido de las actuales circunstancias para apropiarse de los beneficios de la explotación insostenible de los mismos, mientras, la administración responde con la inacción o incluso con su beneplácito. La ciudadanía no puede ser ajena y debe plantearse si el modelo actual de depredación de recursos es el más adecuado para afrontar nuestros retos de futuro.   


La “desamortización de Cospedal”

Hace pocos días, Ecologistas en Acción desvelaba una lista con 57 montes públicos que la consejería de agricultura de Castilla-La Mancha pretende poner a la venta (1), por su parte, EQUO denunciaba la falta de criterio económico y el negocio que este proceso significará para unos pocos (2). Por su parte, IU anunció pocos días después la presentación de mociones en los ayuntamientos para evitar estas medidas (3).

La ya conocida como “desamortización de Cospedal” es, en esencia, la venta de derechos sobre la explotación de terrenos de alta calidad e importancia ecológica para la biodiversidad de nuestra región. Terrenos que, en su momento adquirió la administración para su conservación y rehabilitación y que, muy posiblemente, una vez degradados y esquilmados, volverán a manos públicas para su regeneración. En realidad no es más que la traducción a la gestión de nuestros montes de la fórmula de la socialización de las pérdidas e inversiones y la capitalización de los beneficios tan empleada por gobierno y grandes empresas con la excusa de la crisis.  

Sin embargo y a pesar de su gravedad, este es tan solo otro paso más del proceso de abandono y mercantilización de las áreas de mayor riqueza natural de nuestra Comunidad Autónoma.

Sentencia de muerte a nuestra única Reserva de la Biosfera.

En el otoño de 2011 se dieron los primeros pasos de la peligrosa carrera de desmantelamiento de la red de entornos protegidos de Castilla-La Mancha. La UNESCO había dado un ultimátum a la Comunidad Autónoma pidiéndole la zonificación de la reserva de la biosfera “La Mancha Húmeda”. Esto es, la UNESCO pidió algo tan básico como la cartografía y límites de la reserva y de sus diferentes subdivisiones. El gobierno autonómico respondió abiertamente que no cumpliría ese compromiso hasta terminar el proceso de regularización de los pozos ilegales. 


En la práctica, la negativa del gobierno autonómico implica que en cualquier momento la UNESCO podría proceder a la descatalogación de la única Reserva de la Biosfera de nuestra Comunidad Autónoma; lo cual, no sólo sería negativo para la conservación del medio ambiente, sino también un duro golpe para la imagen internacional de la región, ya que, nunca en la historia, se ha descatalogado una Reserva de la Biosfera, ni tan siquiera en zonas en conflicto armado. La UNESCO se encuentra entre la espada y la pared, por un lado, la Comunidad de Castilla-La Mancha ha incumplido claramente los requerimientos y las consecuencias son claras, no sería bueno pasarlo por alto, pero por otro lado, admitir la primera descatalogación de una figura de estas características será un oscuro precedente. Quizá por eso a día de hoy, la UNESCO no ha tomado ninguna decisión definitiva a la espera de que por parte de la Junta de Castilla-La Mancha dejen abierta una puerta a la esperanza.


La cuestión en este caso es, ¿qué puede motivar a la administración a ligar la zonificación de la reserva a la legalización de pozos ilegales? Aparentemente, presiones e intereses de grupos que verían con malos ojos una regularización sobre la explotación del acuífero 23 podrían estar detrás de ello, lo que explicaría la falta de interés por parte de la junta sobre el mantenimiento de la figura de protección, por mucho que su pérdida pudiera significar.

Recordemos algo que no es un asunto menor, el acuífero 23 es el que suministra agua a los Ojos del Guadiana y al Parque Nacional de Daimiel y su sobreexplotación a los niveles actuales es la causa directa de los problemas que les atañen. Así, cuando los Ojos del Guadiana dejan de manar, Daimiel se seca o su turba empieza a arder, están detrás, tanto la sobreexplotación del acuífero 23, como sus causantes, esos pozos ilegales a cuya regularización se liga la zonificación requerida. Por tanto, hay mucho en juego detrás de la figura de la Reserva de la Biosfera “La Mancha Húmeda” y la Junta tendría que explicar algo tan aparentemente inexplicable como su desplante a las peticiones de la UNESCO y sus consecuencias (4).

Caza y viñas en zonas ZEPA y LIC

Durante 2012, el gobierno autonómico decide permitir la caza y el cultivo de viñedo en varias zonas ZEPA y LIC, con la problemática que esto originará a muchas de nuestras especies de aves más emblemáticas y vulnerables. Estas decisiones son completamente opuestas al espíritu de esas figuras de protección y se antepone el interés de ciertos sectores con importantes grupos de presión (agricultores o cazadores) sobre el interés común. Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife, WWF y SAO no tardaron en denunciar estas políticas y sus consecuencias (5). 

El remedio para evitar los incendios… ¿recortar a quienes los apagan?

El verano de 2012, nos iba a dejar una paradójica situación. La estación, excepcionalmente seca y cálida, se tornó especialmente catastrófica cuando grandes extensiones de nuestros bosques comenzaron a arder, incendios tan graves como los producidos en Guadalajara, Campos de Hellín o el propio Parque Nacional de Cabañeros. Paradójicamente, cuando los operarios regresaron a sus casas, en lugar de palabras de agradecimiento o propuestas de mejora, encontraron cartas comunicándoles un ERE que reducía drásticamente el número de horas y trabajadores dedicados a la prevención (6). La imprudencia de la medida, ni siquiera justificable desde el punto de vista económico, solo había podido ser superada por la inoportunidad del momento de la comunicación de la misma y ni medios, ni oposición dejaron de hacer evidente de tan infortunada coincidencia (7). 

Lamentablemente los efectos de la misma los podremos comprobar en las próximas temporadas de incendios.

Cierre y transformación en Coto de Caza de la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel.

Hasta hace pocos meses, la Reserva Natural de las Hoces del Cabriel era referencia para un importante número de visitantes. Con un centro de interpretación de buena calidad, era, además visita casi obligada de muchos de nuestros estudiantes, que podían observar y conocer la naturaleza en una de las zonas menos degradadas y mejor gestionadas de la región. Pero el año iba a terminar con la noticia del cierre de esta Reserva Natural; la Junta decidió no renovar el convenio con la propietaria de los terrenos que dan acceso a la misma alegando razones económicas. La propietaria decidió entonces crear un coto de caza en uno de los hasta ahora más conocidos y visitados entornos naturales de la región y la Junta de Castilla-La Mancha dio su aprobación a dicha decisión (8).

Amenazas en el horizonte.

Por si todo esto no fuera suficiente para nuestro entorno, otras amenazas se suman con fuerza a ellas, contaminación incontrolada e impune de nuestros principales ríos, cementeras, el cementerio nuclear que se pretende instalar en Villar de Cañas o la Fractura Hidraúlica que amenaza los Campos de Montiel y los de Hellín, son solo la parte más visible de una larga lista. Sorprendentemente, la administración, lejos de poner algún tipo de límite o control estas amenazas, las alienta, facilita y en algunos casos, incluso las impulsa.

¿La gestión sostenible de la naturaleza como motor económico de la región?

El año 2013 no ha empezado mucho mejor para nuestros montes y, de hecho, el proceso de abandono y venta de nuestro entorno natural no ha hecho otra cosa que acelerarse con la venta de 57 de nuestros montes públicos. Aparentemente la única utilidad viable que el gobierno de la comunidad autónoma parece conceder para nuestro entorno natural, es el cinegético. Pero ¿es ese realmente su verdadero valor?

El turismo de interior o incluso el procedente del extranjero atraído por figuras como las de Reserva de la Biosfera de “La Mancha Húmeda”, el Parque Natural de “Lagunas de Ruidera”, el Parque Nacional de Daimiel o el De Cabañeros. Sin embargo, todas esas figuras están siendo puestas en peligro. La inversión en turismo de interior ha decrecido de forma drástica y se han cerrado puntos de información turística que estaban perfectamente acondicionados y funcionales. Sorprende esta “antiapuesta” por un turismo sostenible mientras que se gasta dinero público para fomentar la caza o la turomaquia y cabe preguntarse, nuevamente, si no habrá grupos de presión ligados a esos sectores trabajando para ello.

Pero, no solo es turismo lo que nos aporta la naturaleza. Si se gestiona y explota de forma sostenible, hay un buen número de recursos que nos puede ofrecer y puestos de trabajo que se pueden crear en torno a la protección y explotación de esos recursos, de ellos, la caza solo es una más. Si nos planteamos la sostenibilidad como parámetro básico de gestión, podemos obtener esos productos y mantener esos puestos de trabajo en el tiempo sin tener por ello que mermar la calidad de nuestro entorno. En contraposición el planteamiento depredador actual, plantea grandes beneficios para unos pocos en poco tiempo dando como resultado una degradación permanente de los recursos de todos.

Está en manos de cada uno de nosotros cuál de los dos modelos de gestión queremos para nuestra región, el sostenible o la rápida depredación de nuestros recursos

Víctor García de Lucas

7         Pirómanos en el gobierno (EQUO Cuenca)